Sus sonrisas no son más que un tornado de ilusiones perdidas buscando un origen y una verdad en la cual basarse, sin embargo no es sino la falta de sosiego lo que las lleva a perderse en lo más profundo, como si fuera al oscuro y denso bosque de los cuentos de hadas.- Es lo que algunos piensan constantemente acerca de ellos mismos, sin reconocimientos, con vergüenzas y hablando en tercera persona para no dar información de sobra-.
Aún así, fue justamente durante ese pedazo de segundo dentro de su pequeña y persistente mentecita, en dónde ella logró llegar a la pradera más remota de aquella tierra a la que sólo ella tenía acceso, pues la llave de esos ojos, oídos e imaginación era única y no había copia alguna de esta en todo el universo... aquella tierra era donde se sembraba el sosiego y quienes se encargaban de dicha labor la habían llamado, pues había llegado la hora de cosechar.- Y es recién ahí cuando las ideas comienzan a cambiar...-.


- Paciencia, paciencia.